Snowboard

Consejos en la montaña: Qué hacer en caso de alud

El snowboard cuenta cada día con más seguidores en España, muchos provienen del mundo el skate o del surf, otros, son esquiadores y algunos comienzan de cero. Independientemente de tu procedencia, existen ciertas pautas de seguridad que todos debemos respetar a la hora de aventurarnos en la montaña. Algunos consejos preventivos pueden cobrar una vital importancia en algunas circunstancias.

M.A.P. / MADRID




Un poco de historia

El snowboard nació en el año 1965 cuando el ingeniero norteamericano Sherman Poppen inventó el Snurfer. A Poppen se le ocurrió la idea mientras miraba cómo sus hijas jugaban con un esquí, así construyó lo que podemos denominar la primera tabla.

Este deporte ha ido creciendo a partir de los años 90, debido en parte a su espectacularidad y en parte a que es más sencillo que el esquí a la hora de aprenderlo. Las diferencias con el esquí son, a parte de la tabla, que las ataduras del snowboard no se sueltan nunca hasta que lo decide el corredor y que las botas son, generalmente, más blandas. A pesar de ser un deporte relativamente joven, muchos fabricantes, deportistas, diseñadores y pioneros han contribuido a su desarrollo, sin olvidar, por supuesto, la influencia de deportes como el surf, el skate o el esquí.

Como en todos los deportes de montaña, el snowboard entraña algunos riesgos que deben ser previstos por la persona que lo practica, es de vital importancia conocer ciertos consejos que nos pueden ser de gran ayuda en algunas situaciones arriesgadas. En esta sección iremos viendo poco a poco cuáles son estos peligros y qué podemos hacer para evitarlos o cómo actual en ellos.



Los aludes, uno de los mayores riesgos en la montaña

Uno de los principales problemas de los deportes de invierno que se practican en la montaña son los riesgos de aludes. Un alud o avalancha es el desplazamiento ladera abajo de una importante porción de nieve (manto nival), que puede incorporar parte del sustrato y de la cobertura vegetal de la pendiente.

Existen dos tipos de aludes:

Alud superficial: solo se moviliza una parte del manto nival
Alud de fondo: se moviliza todo el manto nival, erosionando el sustrato de la ladera, transportándolo y depositando los sedimentos.

Para clasificar el riesgo existe un
Escala Europea de peligro de aludes, que divide a estos en cinco categorías: débil; limitado; notable; fuerte; muy fuerte/día catástrofe.

En una situación de alud débil, las excursiones y el descenso con esquí son posibles casi sin restricciones. Si se trata de un alud de carácter limitado, las salidas deben realizarse siempre previa planificación. Se recomienda prudencia a la hora de elegir los itinerarios, evitando en lo posible, las vertientes inclinadas con la orientación y la altitud que se indiquen en el
Boletín de Peligro de Aludes.

Si la categoría del alud es notable, deben evitarse las vertientes inclinadas en las orientaciones y altitudes que en su caso se indiquen en el Boletín. Se requiere mucha experiencia y una gran capacidad de apreciación del peligro de aludes. Si el riesgo de alud es fuerte, entonces las excursiones deben limitarse a las zonas con pendiente moderada. Es posible que la parte baja de las pendientes esté igualmente expuesta al peligro de aludes. Si nos encontramos con una advertencia de peligro de alud muy fuerte, cancelaremos toda salida a la montaña.


Es imprescindible ir dotadas de un buen equipo, ue incluya todo lo que podemos necesitar n la montaña. En concreto, para cualquier grupo autónomo no profesional, ya sea de snowboarding, esquiadores, raquetista, alpinistas, etc. El ARVA o DVA (Detector de Víctima de Avalancha) es el sistema más eficaz en la búsqueda de personas enterradas bajo una avalancha. Éste debe ser uno de los elementos que no pueden faltar en nuestro equipo de montaña.

Planifica el itinerario, no dejes nada al azar

Como ya hemos comentado, es muy importante realizar una planificación previa del itinerario a seguir, para ello hay ciertos aspectos que es necesario tener en cuenta. Consultaremos el Boletín de Peligro de Aludes, así como la
previsión meteorológica del día. En base a toda esta información trazaremos la ruta más adecuada sobre un mapa, teniendo en cuenta todos los posibles lugares peligrosos y la posibilidad de adaptar el recorrido a la situación de peligro prevista, posibilidad de rutas alternativas, etc.

Es esencial adaptar el recorrido al tamaño del grupo, nivel físico de los compañeros, material del que se dispone y estado en que se encuentra. También es recomendable preguntar a personas expertas, que conozcan la zona, su opinión a cerca del recorrido trazado.

Durante el transcurso del itinerario debemos ir observando los cambios que se producen en el terreno y en el tiempo, es decir, los elementos que pueden favorecer la formación de aludes: inclinación, orientación de la ladera, relieve, vegetación, etc. El tiempo atmosférico puede variar rápidamente, por tanto, debemos estar pendientes de posibles cambios en las precipitaciones, niebla, temperatura y visibilidad. Especialmente importante es controlar los cambios del viento, ya que ello da las claves para detectar las formaciones de placas de hielo.

Existen pautas que debemos respetar a la hora de realizar nuestro itinerario y ante la evidencia de algunas señales de alarma, por ejemplo: mantener un distancia de seguridad, evitar en la medida de lo posible las caídas, antes de atravesar una ladera sospechosa, intentaremos seguir una ruta alternativa. En caso de que no sea posible, lo haremos por la zona más alta posible de uno en uno, mientras el grupo espera en lugar seguro.

Todos estos consejos son preventivo pero también hablaremos de qué hacer en caso de encontrarnos en una situación de peligro


Qué hacer si quedamos atrapados por un alud

Si pese a todas estas precauciones que hemos tomado, nos sorprende un alud, existen una serie de consejos que nos ayudarán a salir sin problema de esta situación. En primer lugar, debes mantener la calma e intentar huir por el lateral más próximo. En la medida de lo posible procura alertar a tus compañeros. Mantente en la superficie mientras tratas de escapar por un lado. En caso de no poder evitar el alud, intenta librarte de la tabla, manteniéndote en la superficie mediante movimientos natatorios. Si el alud nos entierra adoptaremos la postura de un bola y cuando notemos que se para con el brazo delante de la cara y la rodillas intentaremos formar un cámara de aire.

Una vez que el alud se ha detenido, intenta salir. Si estas desorientado, puedes dejar escapar algo de saliva e incluso orinarte para buscar una referencia de dónde está la superficie. Es fundamental tratar de mantener la calma y ahorrar energías, no grites si no escuchas a tus compañeros cerca, porque la nieve amortigua mucho el sonido.


Búsqueda de la víctima

Inmediatamente los compañeros comenzarán a buscar a la víctima, accionarán su DVA mientras un miembro del grupo dirige la operación desde un lugar seguro y vigila que no caigan más aludes, el resto iniciará la búsqueda partiendo del punto de desaparición de la víctima, observando a la vez, posibles indicios superficiales.

No podemos perder tiempo yendo a buscar ayuda mientras no hayamos rescatado a la víctima. Es muy importante practicar el rescatar con DVA, cuando se produce un accidente no ha tiempo para la improvisación.

(Fotos: Google)

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